miércoles, 15 de abril de 2015

Actividad 3. La hora del cuento

¡Hola!


Voy a proceder a comentar mi experiencia leyendo un cuento.


Elegí el maravilloso cuento “Cuando a Matías le entraron ganas de hacer pis en la noche de Reyes”, cuyo autor es Chema Heras y Kiko Dasilva el ilustrador.

Me pareció un cuento maravilloso y muy divertido. La lectura iba dirigida a niños de cinco años, no es un cuento muy extenso, así que en mi opinión lo aguantan muy bien.

Antes de comenzar con la lectura, les comenté el título del libro que voy a leerles y les pregunté qué les sugiere, para que vayan poniendo en funcionamiento su imaginación y dejando que hagan cábalas sobre de lo que puede tratar el cuento.

Empecé la lectura de una manera pausada y elegí ir enseñando las ilustraciones una vez leída la página, para que tuvieran tiempo de imaginarse la escena primero.

A lo largo del cuento hay varios diálogos y mis compañeras me comentaron que cambié las voces de los distintos personajes, cosa que no debería haber hecho.


El personaje principal, el niño Matías, se inventó una cancioncilla que se repite varias veces en el cuento. Pensé que era la ocasión perfecta para leerla cantando, así que la entoné como tal en la narración, de tal manera que los niños se la puedan aprender y cantar cada vez que se les lea el cuento. Esa parte me pareció muy divertida.


Mis compañeras me han comentado también que podría haber interpretado más el cuento, ser más expresiva, así que es una de las cuestiones que tengo que trabajar para poder captar toda la atención posible de ellos y que se metan y vivan la historia.

El lado positivo es que el ritmo de la lectura fue el correcto, las pausas las hice en los lugares oportunos y el volumen y la entonación fueron las adecuadas.

El cuento finaliza de una manera muy graciosa, ya que Matías había pedido por Reyes una locomotora con tres vagones: uno rojo, otro azul y el tercero amarillo. Los Reyes le traen su ansiado regalo, pero el tercer vagón amarillo no es un vagón, sino un orinal. Estoy segura de que en esta parte los niños se “mean” de la risa, y acto seguido se vuelve a cantar la canción.

Tras la canción del final, les pregunté si les había pasado algo parecido alguna vez, qué harían si les pasara a ellos, si alguna vez se habían aguantado mucho tiempo, etc. Es decir, que cuenten sus propias experiencias.


Espero que os haya gustado y os animo a que incorporéis el cuento a vuestro repertorio porque de verdad que merece la pena.

Un saludo,

Paola.